llovía, estaba helado, pero ya habían flores en los árboles. . .
iba sola, caminando, pensando que el estar ahí mojándome por gusto me iba a hacer mal
avanzaba sintiendo el frío en mi cara,
las gotas rodando por mi nariz, y la música retumbando en mis oídos. . .
avanzaba sin prisa, como si buscara la forma de enfermar más rápido, tal vez esa enfermedad me dejara sin pensar algunos días. . . y era eso lo que buscaba
lo que no sabía, es que tú venías corriendo a buscarme, traías tu paraguas, lograste alcanzar mi hombro, me sobresalté. . . esperabas la reacción pues me esperabas con una sonrisa de vuelta. . .
no preguntaste. . . entendías lo que sucedía. . . mi rostro decía todo y nada, a la vez
me abrazaste por el hombro, compartiste tu paraguas y caminamos juntos bajo la lluvia. . .
y sin darme cuenta, dejé de pensar por un momento y me sentí mejor. . .
. . . y nunca recordé quién eras . . .
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